Tomo prestado el título del próximo libro de Diego Arando y me pregunto: ¿"Cada cuántos mundos" puede una encontrarse con una devolución tan amorosa sobre el trabajo realizado en una Tutoría de escritura? Lo comparto conmovida (y con algo de pudor) como testimonio, en primera persona, de lo que decimos siempre: al ir creciendo el texto, también crece interiormente quien escribe. ¡También yo crecí, Diego querido! GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS. Los mejores deseos para el libro y a seguir escribiendo. Nos vemos en este o en cualquier otro mundo.
Querida Claudia:
En principio, quiero agradecerte por todo el proceso creativo de Cada Cuántos Mundos. Como era de esperar, lo que parecía una experiencia de corrección de un libro de cuentos, con todo lo que implica, resultó algo mucho más profundo. Porque es cierto que el camino me permitió ir descubriendo/puliendo un estilo, ganando más claridad en la expresión, acercando el texto al lector y descubriendo mi propia voz. Y esto de por sí es mucho. Pero todo el trabajo fue también para mí, como te expresé oportunamente, una experiencia vivencial de gran transformación.
En cada uno de estos 12 cuentos funcionó, como punto de partida, una suerte de incapacidad personal en diferentes ámbitos, o sensación de limitación, que se vio volcada y transformada en narración. De esa forma, cada historia y cada uno de nuestros encuentros se convirtió en un laboratorio experimental de descubrimiento personal.
Así, el proceso trascendió el ámbito lingüístico y de la expresión escrita y me permitió ganar claridad en muchos ámbitos de mi vida. De allí mi doble agradecimiento hacia vos. Tu agudeza, generosidad (... y siguen los elogios: me los guardo, Diego) hicieron de este viaje una experiencia maravillosa, que recomiendo especialmente a todo aquel que quiera emprender un camino semejante.
Besos.
Diego
Imagen - Fuente: BBC Mundo
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