top of page
Buscar
Foto del escritorClaudia Maiocchi

Fresnos

Me gusta el otoño. No solo sus colores y luz; también su condición cambiante, misteriosa. Fronteriza. Días que se acortan, sombras que se alargan, una amplitud térmica que invita a disfrazarse de cebolla. La mantita a los pies, la lluvia incluso. Por la ventana del escritorio donde tecleo esto, hay dos fresnos que estallan cada tarde. No dejo de mirarlos.



En mayo a eso de las seis de la tarde se encienden. Parecen mendigar esos últimos rayos

y al instante se han vestido de reyes. Yo creo que succionan la luz, la savia se les carga con electricidad.

¿Tendrá nombre el color? Amarillo-dorado-iridiscente. Para mí brillan tanto porque saben: igual que con las doce campanadas del cuento

inevitable acecha el final de su baile.

Las hojas lánguidas se soltarán de a una

y cambiarán el silbo de la brisa por el crujir de pasos apurados de la calle Mansilla.

Pasarán los carritos de las compras.

Los de bebé. Los de los cartoneros.

Se resquebrajarán, desaparecerán de la faz de la Tierra. O más bien serán eso:

sólo tierra, en lugar de este fuego. También yo me he probado el otoño

y todavía parezco brillar algunas veces... Me soltaré como ellas cuando llegue la hora. Mientras tanto, intento arder la vida

como pide Galeano. Voy, me asomo, me asombro.

Saco la foto mientras se hace el café. Y sobre todo escribo.

CM

37 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Anónimos

Marie Noël

La (otra) Maga

Comentarios


bottom of page